Con un encuentro pasado por lluvia en la capital del país, la Máquina fue la que asumió el control del partido abusando de una inoperancia evidente de los Potros de Hierro que están muy lejos del nivel que mostraron en campañas anteriores, sobretodo por la falta de liderazgo dentro de la cancha que era totalmente de Federico Vilar, hoy con los Monarcas.

Por ello los celestes dejando de lado los problemas directivos que acusa la institución, trataron de sacarle provecho a las complicadas condiciones de la cancha que parecía una auténtica “alberca” y fue al minuto 29 cuando Alejandro Vela tomó un mal rechace del guardameta Moisés Muñoz y solo tuvo que empujar la pelota al fondo.

La reacción de los Azulgranas prácticamente no apareció en el primer tiempo, mientras que los locales tampoco fueron tan abrumadores como se esperaba, sin embargo, les alcanzó para irse al descanso con la ventaja momentánea.

Para el complemento la tónica del cotejo fue la misma porque la ineficacia de los visitantes nunca originó peligro real en la puerta custodiada por José de Jesús Corona, mientras que los cementeros siguieron con la batuta del encuentro controlando el esférico a placer poniendo en evidencia  a los atlantistas.

Al minuto 74 se escribió la historia cuando un buen servicio a las espaldas de los centrales por parte de Christian Giménez, cayó en los botines de Emanuel Villa quien ante la salida de Muñoz nunca se amedrentó y con una pizca de fortuna la pelota que fue contactada por el arquero, terminó por rebotar en el cuerpo del argentino para anidarse de manera angustiosa en la portería marcando el 2-0.

Los minutos restantes los cruzazulinos se dedicaron a manejar la pelota con algunos destellos de velocidad que siguieron causando serios aprietos al adversario, aunque no lograron incrementar el resultado. Con este marcador Cruz Azul llegó a seis unidades colocado como líder del Grupo 3; en tanto que Atlante continúa sin puntos en el Sector 2.